miércoles, 6 de marzo de 2013

Treinta y tantos


Hace tiempo mi amiga Ada me pidió que escribiera sobre las relaciones sentimentales de la gente de mi edad, de cómo las vivimos ahora y todo eso... Basándome en experiencias propias, en otras de mis amigos y haciendo un bonito (espero) batiburrillo, he decidido escribir una serie de post.

amor corazon

Si tuviera que clasificar a la gente de mi edad (alrededor de los 30-35 años) por sus relaciones sentimentales, haría varios grupos:

  • Los avanzados. Son aquellos que fueron los primeros del insti en hacer sus pinitos con el sexo contrario. Tuvieron, posiblemente, una relación duradera, y después han ido alternando flores de primavera con relaciones más o menos largas.
  • Luego están los clásicos. Son los típicos que empiezan un poco más tarde, pero que lo cogen con fuerza. Y siguen, pasan los años y continúan. Y claro, al final han terminado casándose y formando una familia.
  • Una variante de los anteriores serían aquellos que empezaron a salir con alguien, se tiraron un porrón de años, uno dejó al otro y el dejado, enseguida, buscó a un sustituto. ¿Cómo llamar a estos? Los verdes. Sí, por eso de que una mancha de mora con otra verde se quita.
  • También hay otra variante de los segundos. Aquellos que han estado con su pareja muchísimo tiempo y que cuando ya se esperaba que todo fuera a formalizarse... catapún. Se rompió. Y a estos yo les voy a llamar la montaña rusa.
  • Claro, que también nos podemos encontrar con una tercera variante. Aunque esto se me está yendo de madre y al final voy a tener que hacer grupos separados. A estos los voy a llamar ni contigo ni sin ti. Llevan toda la vida juntos y toda la vida peleados.
  • Finalmente están los limpios de espíritu. Aquellos que están buscando a su alma gemela y que todavía no la han encontrado. Los románticos.
Seguramente, haya muchos más grupos. No soy ninguna experta, pero es lo que yo veo...

Y nada, esta es la introducción... La próxima entrada irá sobre... los avanzados. Por eso de ir en orden, fundamentalmente.

Si me he dejado algo, siempre alguien me puede poner un comentario y si me acuerdo de algo, ya iré actualizando.

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