miércoles, 6 de marzo de 2013

Camino


Durante mis 30 años he conocido mucha gente. A muchas de esas personas durante temporadas más o menos largas las he denominado amigas. Para mí, en ese momento, lo eran. Eran personas importantes en mi vida, en las que yo confiaba y por las que hubiera dado una de mis manos si lo hubieran necesitado. Precisamente, con el tiempo, empiezas a ver que si tú hubieras dado la mano, a lo mejor, la otra persona no. ¡¡Ojo!! O al revés. O, simplemente, que una decisión que a ti te pareció de lo mejor para tu vida en un momento, la otra persona no pudo/supo/quiso compartirla. O de nuevo a la inversa.


camino


Todo esto viene a que yo en este camino que llamamos vida, he conocido y he compartido el mismo con personas que ya han escogido otro recorrido. Y otras personas que se han ido sumando al paseo durante los últimos tiempos. También hay gente que comparte etapas y que, por circunstancias, desaparecen durante una temporada y regresan al cabo del tiempo. 

Precisamente en estos días he comido con una de esas personas que apareció en mi camino hace ya tiempo. Físicamente no está siempre, pero como decían en los dibujos de Willy Fogg, si le necesitas es cuestión de silbar y ya viene. Cuando nos conocimos, nos separaba un abismo. En cambio, nos compenetramos tan sumamente bien... A pesar de que nuestras circunstancias son tan diferentes, nos hacemos bien. ¿Qué me aporta? Un chute de positivismo, un subidón de adrenalina, la sonrisa en la cara, el subidón de autoestima, sentirme el centro del universo,... Pero además, me pone los pies en la tierra. Me acompaña durante una etapa del camino, me habla y es mi amigo.

Por todo eso, por lo que digo, y por mucho más, gracias por compartir el camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario