domingo, 3 de marzo de 2013

Échale huevos



Introducción: Este post está inspirado por una frase que me mandó Patri. Al final, como ves, no es una receta, sino simplemente una conversación - reflexión compartida.

huevos

Frase típica y tópica masculina. Los padres de antes (digo de antes porque espero que los que educan a niños ahora no sean así) decían constantemente a sus vástagos - masculinos - cuando algo les intimidaba. También era una especie de reto. Si no le echabas huevos, eras un marica. ¿Quién, hace veinte años, quería ser marica?



Y yo me pregunto, ¿qué habrá sido de aquellos chavales que se criaron con el échale huevos sonando machaconamente? Esta reflexión viene a una conversación que tuve hace un tiempo con un amigo, un día de mutuo psicoanálisis. Él hablaba de lo que le había supuesto el "échale huevos". Cuando le llamaron a filas, él no quería ir, pero su padre le convenció porque "en la vida hay que echarle huevos".  Así que fue. Quería haber estudiado Filosofía. Pero, ¿cómo iba a estudiar esa carrera de bohemios? Echándole huevos, se hizo un respetable abogado. Y tras salir tiempo con una chica, sin tener claro si eso era lo que quería, se casó con ella. Y claro, fundó una familia modélica: niños, jardín y perro.

Ahora, pasados los años, ejerciendo una profesión que no le gusta, conviviendo con una mujer a la que no quiere, cuando realmente necesita echarle huevos a la vida, es incapaz de hacerlo. Acobardado por no saber por dónde empezar, por no saber qué le puede esperar.

Sólo una reflexión.

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