miércoles, 6 de marzo de 2013

Algo personal


Hoy, como muchos otros días, me he dado cuenta de que tengo algo personal contra mucha gente, parafraseando a Serrat.

No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

algo personal



Esto me ha venido a la cabeza viendo la foto de JCI con los empresarios, viendo el IPC (que no es más que una subida encubierta del IVA), el caso Bretón, el caso Urdangarín, el cocopago (sí, con dos co) farmaceútico y para mí lo más importante, que un tercio de las familias no pueda afrontar el gasto en material escolar.

No puedo analizar todos los temas, porque podría estar toda la vida escribiendo y no sacaría nada en claro, además de un gran cabreo. Así que me voy a centrar en lo último. Me parece lamentable, vergonzoso, grotesco e increíble que en este país, que supuestamente llamamos desarrollado, haya un tercio de familias que no pueda afrontar el gasto en material escolar. Pero no seamos demagogos y digamos que esto se debe solamente a la subida del IVA, que también. Sino que también se debe al desmantelamiento de lo que tanto ha costado construir, al estado del bienestar, a la escuela pública. Porque se deja de invertir en colegios públicos, en becas, en invertir en aquellos que menos tienen para promocionar a los que más tienen. En la Comunidad de Madrid se bonifica fiscalmente a los padres de aquellos niños que acuden a centros privados, pero se suprimen las becas de comedor y de libros.

Pero bueno, esta es mi opinión y eso es lo que digo en la entrada. Es algo personal, mío e intransferible. Pero no puedo con ello. De alguna manera tenemos que ayudar a esas familias a que puedan llevar a sus hijos al colegio en las mejores condiciones. Porque si no lo hacemos, estaremos creando ciudadanos de primera y de segunda. Ciudadanos educados y ciudadanos borricos. Y eso es lo que les interesa a nuestros gobernantes. Una masa obrera no educada. Que se pueda hacer con ella lo que se les antoje. Y nosotros no podemos permitirlo. Está en nuestras manos cambiarlo. No podemos permitir generaciones perdidas. Porque ya hubo generaciones perdidas en este país en el pasado y supuestamente ya estaba pasado. Por nuestros abuelos y nuestros padres que lucharon contra ello. Por nosotros mismos. Por nuestros hijos y por nuestros nietos.

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